¿A quién no le agrada el sexo? No existe nadie, o por lo menos en este planeta. Y no solo se trata de eso, todos amamos que nos lo hagan bien, con ganas y cariño. Pero no corresponde confundir echar un polvo con hacer el amor.
Nadie o casi nadie, se enamora en las citas iniciales, habrá encanto, deseo o “ese no sé qué”, pero de ahí a nombrarlo amor hay un pozo. Lo que sucede es que cuando intervienen estas conductas, es normal que terminemos en la cama, pues al fin de cuentas somos animales, pero eso si; dos no fornican si uno no lo desea.
¿Qué sucede entonces? Los hombres constantemente intentan impresionar, está en su naturaleza proporcionar el mejor juego en la cama y tratarlas con cariño, pero eso no habla de que se enamoren desde el minuto cero, pues follar no simboliza formar un contrato de noviazgo. Aparte, el sexo no lo es todo por mucho que se diga que para los hombres sí; podrá ser algo relevante en una relación, pero no la única y por excelente que se lo hayan pasado en la cama, si el resto no es bueno, les aseguro que ellos no vuelven a llamar.
Entonces se preguntan: ¿qué es hacer el amor? Hacer el amor va más allá del sexo, es un vínculo místico entre dos seres. Aquí no va la carne por carne, es lograr la conexión con otra persona a matices que se pierden de la razón o, ¿acaso no han notado la diferencia entre acostarse con cualquiera y acostarse con su pareja? Hacer el amor se opone a la teoría, del yo me vengo, tú te vienes y todos contentos.
Por lo tanto, todas deberían tener claro que el sexo con amor y el sexo por amor son cosas incomparables. Así que, es hora de dejar de pensar que son farolitos salvadores de las causas derrochadas, porque hay momentos que quienes echan polvos que hacen elevar, son ellos.
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