Que si ellos desean practicarlo porque se sienten en una película pornográfica, que si duele, que si es peligroso, que si es anti higiénico, que si es humillante ¡rompe una vez por todas los mitos! Si continuas leyendo, vas a descubrir que esta práctica es tan placentera como cualquier otra. Ya sabes, paso numero uno: alejar todo prejuicio que has concebido en tu mente acerca del tema… y disfrutar.
Ahora debes saber que es un acto consentido y consensuado entre ambos, y que no resultará humillante para ninguno de los dos. Si ambos han decidido probarlo ¿por qué no hacerlo?
Hablarlo previamente
Poner unos limites, servirá para que todo marche bien desde el principio. Es vital que los dos manejen el control, fundamentalmente el ritmo y la profundidad. Por su lado, quien está penetrando debe enfocar toda su atención a lo que le indique quien recibe la penetración, pues nadie mejor podrá guiarle.
Disponer el ambiente
Tratarlo como con cualquier encuentro sexual: música, tranquilidad, ¿por qué no poner unas velas?... y ¡claro! No olvidar los preliminares. Inicial con un ardiente y sensual masaje. La excitación es la clave en la intimidad pero en este caso, aún más.
Lubricación
Es ideal para que el sexo anal no resulte doloroso. Recobrar la confianza tras una experiencia anal desastrosa es difícil, así que empleen un buen lubricante. Elijan uno a base de agua, de calidad superior y aplíquenlo generosamente 10 o 15 minutos antes de la penetración.
Preservativos
Perfectos para el sexo anal, no solo por el tema de higiene y salud, sino porque también ayudan a la fácil penetración, favoreciendo al receptor.
Juguetes sexuales
Con ayuda de un masajeador de próstata podrías iniciarte en el sexo anal: vas incrementando su tamaño a medida que te sientas en comodidad.
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