Generalmente nos hacemos una idea de cómo queremos que nos salgan las cosas ante todos los escenarios de nuestra existencia, lo que va bien o sería lo mas conveniente para nosotros o por lo menos lo que esperamos de otros o de una situación en especial, hasta llegar al punto de frustración cuando descubrimos que eso que pensamos y esperamos no es controlable.
Puedes que sueñes con una relación idílica, tal y como lo muestra el cine pero no puedes olvidar que los besos de película son eso, de película…
Así como a nivel personal, laboral, sentimental; en el sexo caemos en la mala maña de esperar que las cosas salgan de la forma que decretamos, bien sea por la imagen acertada o errónea que nos dibujamos de nuestro amante o porque sencillamente dejamos volar nuestros gustos sin tener presente ni la disposición ni el momento.
La poca complicidad o confianza, el agotamiento o estrés, la falta de concentración o simplemente el haber tenido un mal día, son aspectos que ponen en juego nuestras expectativas durante el encuentro sexual. Llega la frustración y terminamos disparando sensaciones de distancia, desaliento, enojo contra la otra persona o una simple caída de nuestro estado anímico por no haber obtenido lo que esperábamos.
Ten en cuenta lo siguiente para intentar remediar esa perspectiva frustrada en tu próxima relación sexual:
Adaptación
Ensaya adecuándote en lo que vas viendo en tu pareja y fíjate en su manera de actuar, pensar o hablar. Se trata de observar lo que esa persona nos está enseñando con su comportamiento y actitud, y no convenir con lo que queremos que pase. Muy seguramente en el plano sexual aplicará la misma personalidad que en las demás áreas de su vida, no esperes que sea otra persona. Recuerda que pueden partir de lo que conocen y así mejorar juntos, experimentando el disfrute entre los dos e innovando cada día.
Sin comparaciones
No bases tu curiosidad en la necesidad de comparar con otras personas, es evidente que las experiencias nos ayudan a evolucionar pero eso no dice que tengamos que anclarnos a lo ya vivido, por el contrario, debemos abrirle paso a nuevos modos y mostrarnos totalmente receptivos con lo que se venga.
Comunicación
Tu pareja muchas veces no conoce tus gustos o viceversa, puedes mostrarle cómo hacer ciertas cosas o dejar que lo descubra, pero nunca te enfades porque no esté siendo adivino(a) en relación a lo que esperas. Hablar siempre es más fácil.
No te rindas
No te anticipes, ni tires la toalla ante el primer detalle que veas que no se adapte a lo que esperas. Cuando suceden las primeras relaciones con alguien hay que dejar que la otra persona se sienta cómoda, con ayuda de la comunicación y de la tolerancia, y de este modo nosotros mismos encontraremos la forma de actuar más apropiada.
Sé realista
Contundentemente aquí y en cualquier área en la que tengamos expectativas, hay que aterrizar a la realidad y acomodarnos al momento y a la persona con la que interactuamos. No basarte en tu propia idea cerrada de las cosas ni dejarte sorprender a veces por los demás, suele ser más placentero que quedarte con tu forma esquemática de hacerlo todo.
Acceder