Este abandono de apetencia sexual ya no logra sólo a casos únicos. Y, sí hay quienes lo gritan claro: no me gusta el sexo.
Pero, ¿quiénes son los llamados “asexuales”?
Son abstinentes sexuales voluntarios. Hombres o mujeres que sin ningún tipo de marginalidad o fanatismo, sencillamente nunca sienten seducción erótica por alguien, y que más o menos lo aceptan. Claramente resulta complicado conocer cuántos son, pero los estudios han evocado la sorprendente cifra de un 1% de la población en el mundo.
Entre los asexuales distinguimos dos grupos de personas: los que ciertamente no registran deseo ni tienen necesidad y los que cohíben el deseo y las ganas. Mientras los primeros podrían ser felices, los otros resultan frustrados.
El origen de esta conducta
La pornografía en exceso, el rechazo a la autoridad del placer o la desacralización sexual, que ha pasado de ser íntima a la mera exhibición, son factores que sin duda han impulsado la creación del fenómeno asexual, para quienes la abstinencia no es sinónimo de vergüenza, sino razón de orgullo; un derecho a reclamar.
Causas psicológicas
Se estima que esta falta de apetito sexual se registra en la infancia, entres los 6 y 10 años de edad. Durante la etapa de latencia. Para entonces, el niño deja de sentirse atraído por la sexualidad (después de cuestionar con insistencia sobre el tema). Esta apatía por el sexo termina cuando se entra a la adolescencia. Pero para unos pocos, dura toda la vida.
La asexualidad en sus vidas
Los asexuales no tienen relaciones sexuales, pero hay quienes se masturban (principalmente los hombres), no como réplica a una excitación, sino por necesidad fisiológica
Comúnmente la asexualidad perdura toda la vida en quienes efectivamente no sienten apetito sexual de ningún tipo. Las personas que inconscientemente cohíben sus deseos, podría resultarles de gran ayuda tratamientos que les permita estimular la libido que tan reposada tienen.
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