Squirt: El último desafío de las mujeres

Squirt: El último desafío de las mujeres

La masturbación, una práctica que hasta hace un tiempo se relacionaba exclusivamente con los hombres, ya es una realidad admitida en el mundo. ¡Así es! Las chicas también disfrutan y nada malo hay en eso. Ellas han sabido manejar sus derechos en el sexo y perdieron todo tabú.

Debemos conocer entonces, los tipos de eyaculación femenina para hacernos una idea de lo que significa esta nueva práctica: la más común entre ellas, es de apariencia transparente blanquecina en cantidades pequeñas. Por su lado el squirting o squirt, se conoce por la eliminación de mucho liquido eyaculatorio en chorro.

El debate ya está abierto y trata de las posibilidades corporales femeninas para alcanzarlo. Esta conducta de eyaculación en squirt va ligada a las glándulas de Skene, quienes son las responsables de expulsar el liquido provenientes del punto G. El volumen de estas glándulas es distinto en cada persona. Esto responde al porqué no todas las mujeres logran eyacular en squirt. Una disminución de tamaño de las glándulas podría hacer que el fluido se quedara en la vagina y no saliera disparado en chorro.

¿Puedo lograr el squirt?
Primero debemos experimentar con nuestro cuerpo y ser pacientes. Presta atención a estas claves que podrían ayudarte a merecerlo. ¡Recuerda que el placer femenino llega de formas distintas!

Esta práctica la puedes manejar sola o con tu pareja. ¡Tú decides! Lo ideal es la calma y seguir cada paso:

Relajación mental.
El control de la mente es tan significativo como el del cuerpo, debes mostrarte en tranquilidad y segura de lo que quieres hacer. Adiós a los convencionalismos y tapujos.

Conciencia erótica.
Muchas veces nos concentramos en la meta y olvidamos las señales del camino. Debes guardar conciencia erótica y orientarte por lo que estás sintiendo, no por lo que esperas conseguir, Tal y como pasa con la felicidad, en el placer los grandes momentos aparecen cuando aprovechamos los más pequeños.

Excitación apasionada.
Para que el cuerpo esté excitado necesitarás de besos, caricias y jueguitos preliminares.

Lubricación.
Para lograr mayor placer en la estimulación, hidrata la zona con un buen lubricante.

Estimulación del clítoris.
Con ayuda de movimientos circulares, de presión y de velocidades (más o menos rápidos) alterna de acuerdo a lo que tu cuerpo te vaya pidiendo.

Penetración.
Únicamente se hará con los dedos (corazón y anular) o bien sea, asistida por un vibrador. Tu pelvis debe estar en total relajación y tus piernas bien abiertas (ayúdate de una almohada para elevar las caderas).

Zona G.
Con presiones circulares, variando la velocidad y de manera interrumpida vas estimulando el interior de tu vagina con dirección al clítoris. Esto apremiará las glándulas de Skene, encargadas de producir el liquido eyaculatorio.

Desde afuera.
Mientras estimulas tu zona G, emplea el pulgar para seguir rozando tu clítoris de manera externa.

Movimientos pélvicos.
Conforme la excitación vaya ganando camino, mueve la pelvis hacía adelante y apreta las nalgas. De esta forma, tus músculos se contraerán y el placer aumentará.

Sensación de orinar.
En el transcurso podrás tener la sensación de orinar, no te alarmes, por el contrario continua relajada y sigue disfrutando.

¿Y si no te convence?
Si el squirt no es para ti ¡no te impacientes! A veces el gusto no se haya en localizarlo sino en variar de postura.


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