Algunos perfumes destacan en su ingredientes el uso de feromonas y se definen como una garantía de seducción.
“Basta con aplicar unas gotas y de inmediato, eres irresistible.”
Si estos químicos pueden incitar o no, al deseo sexual; ha sido algo muy debatido.
La última investigación consultada por un equipo de la Universidad de Australia Occidental, lo desmiente.
“La persona podrá vaciarse encima el perfume por completo y no garantizará el triunfo de ser cortejado.”
Los perfumes con feromonas no atraen al sexo opuesto y, de hecho, cabe la posibilidad que las feromonas humanas ni siquiera existan.
Durante una investigación, se le solicitó a muchos participantes de ambos sexos, indicar el atractivo de unos rostros del sexo opuesto, mientras eran expuestos a dos esteroides que suponían feromonas humanas: la androstenediona.
Esta se aloja en el sudor y el semen masculino; y el estratetraenol, que se encuentra en la orina de las mujeres.
Además, los voluntarios debían analizar unos rostros armados por retazos de imágenes de ambos sexos.
Los creadores analizaron que si los esteroides eran feromonas, afectaría en comportamientos importantes como la posibilidad de una encontrar pareja. Los voluntarios mujeres a quienes se les dio androstenediona debieron ver los rostros neutrales como honbres, y los voluntarios masculinos, que olfatearon el estratetraenol debieron verlos del género femenino. Igualmente, los esteroides conducirían a los voluntarios a evaluar los rostros del sexo opuesto con mayor interés.
Eso finalmente no ocurrió.
El estudió no arrojó efectos de los esteroides en el comportamiento de los participantes. «Estoy convencido que no funcionan», afirmó Leigh Simmons, biólogo evolucionista e investigador del estudio.
Simmons cree que es posible que las feromonas humanas existan, pero que no han sido claramente identificada por ahora. No todos los investigadores opinan igual. Algunos consultados aseguran que el experimento pudo tener fallos y que los esteroides empleados sí son feromonas humanas.
La neurocientífica Martha McClintock, de la Universidad de Chicago, es una latente defensora de estas feromonas humanas, lo que ha contribuido a su reputación. También afirma que las mujeres que conviven sincronizan sus ciclos menstruales. Afirma que los compuestos químicos pueden incidir en el funcionamiento cerebral. Por ejemplo: inhalar androstenediona, quizás del sudor de otra persona, puede influir en las emociones.
Claro está que es un debate que se ha prolongado...
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