Uno de los titulares que más sonaba sobre las primeras semanas del aislamiento fue: los casados practican más sexo que los solteros.
Las medidas sanitarias y la regulación de la distancia social, daba lugar a pensar que el sexo se viviría solamente entre las personas que vivían juntas, sin embargo, Internet abrió la llave para que todos pudieran participar, así fuera de lejos. El sexteo se intensificó (transferencia de mensajes y fotos explícitamente sexuales).
Gleeden, el portal creado exclusivamente para ayudar a las mujeres a encontrar amantes; aumentó el 160% de sus visitas.
Un dato bastante significativo. Tuvieran o no definido ser infieles, al menos, se interesaron por la posibilidad de serlo.
La fidelidad es una variable que se relaciona con la educación; la cultura y la familia.
La pandemia no ha funcionado para dejar de ser infiel. Hay estudios que arrojan cifras como seis de cada diez mujeres encuestadas afirman que la inexistencia de la vacuna no frena su intención de tener aventuras extramatrimoniales.
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