Las mentiras que todos hemos dicho para tener sexo

Las mentiras que todos hemos dicho para tener sexo

Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso
Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la sombra,
aunque la muerte concibe y pare
de Dios mismo.

Oh, Conciencia,
pienso, si, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh  estruendo mudo.
¡Odumodneurtse!

César Vallejo

No hay ser humano que se resista al sexo. ¿Recuerdas cómo se erizó tu piel por el roce de unas tiernas manos que recorrieron tu cuerpo como se recorre el mundo, deteniéndose en cada estación para saborear la sal que transpiras, terminando bajo tu vientre, una plaza soleada, un patio de juegos?

Si has tenido la oportunidad de disfrutar como infante garabateando en otros cuerpos, comprenderás que es difícil vivir sin divertirse y en casos extraordinarios, el mundo te obliga a realizar algún acto deshonroso. Las mentiras para tener sexo las hemos dicho todos alguna vez en nuestras vidas.

Me gustas
 

Esta mentira la usas cuando sales de fiesta o a beber de noche. En un mar de gente es muy probable que encuentres a una persona desprevenida, fácil de ilusionar. En realidad no te gusta, pero sabes que será una sencilla presa para saciar las ansias que llevas guardando desde hace semanas. Podrás alcanzar la victoria esa noche, pero recuerda que también tú puedes llegar a ser víctima de esta mentira. También puedes decir: “eres muy bella”, “qué lindos ojos tienes”, “me enamoré en el momento que te vi” y cualquier otro halago que te llegue al corazón.

Me siento solo

Si tienes la decencia de no ilusionar a las personas pero sigues necesitado de caricias, puedes mentir con esta frase para tentar el sentimiento de compasión del otro y si él o ella cuenta con un alma piadosa, seguro te brindará cobijo esa fría noche. No siempre funciona porque uno de los mayores atractivos, al menos para los hombres, es dar la impresión de ser seguro y fuerte.

Nunca había sentido esto con otra persona

Cuando empiezas a salir con alguien formalmente y acordaron que van a “conocerse”, puede que aún te falte un par de semanas para tocar su lindo cuerpo. En este momento mientes para acelerar las cosas. No es tan mala esta mentira porque si ya estás en la etapa de reconocimiento, sólo es cuestión de tiempo para que suceda. Lo triste de esta frase es que en el fondo desearías que fuera cierto y, obviamente, esto pasa una vez en la vida.

No tengo novio

Siempre habrá alguien a quien le parezcas una persona atractiva y aunque nuestros buenos modales nos obligan a decir “no” a su cortejo, puede que no te resistas a probar un poco de lo desconocido. Puede que sea la peor mentira de esta lista porque negaste a tu pareja y si te descubren en la mentira, habrás tirado por la borda la estabilidad que brindan los novios.

No tengo cómo regresar a casa

Dejaste tu auto a tres cuadras de la fiesta, pero prefieres mentir y aventurarte a ir a la casa de alguien que acabas de conocer. Si logras que te inviten, lo demás es pan comido. Lo difícil es que tengas la suerte de que la persona a la que se lo propusiste tenga un departamento cerca o un vehículo. Imagínate caminar a las 4 de la mañana en el frío todo por una mentira.

Estoy muy borracho

Aunque hayas tomado tres cervezas en toda la noche, finges que te caes de borracho para así no sentir vergüenza de tus sucias proposiciones. Te acercas tambaleando a él o a ella para tratar de convencerla de que esta noche se olvidará a la mañana siguiente y lo mejor es disfrutar. Esta mentira tiene todas las de ganar porque si no estabas borracho cuando andabas coqueteando, ahora te puedes sentir con la libertad de emborracharte de verdad. Terminarás muy contento y además, tendrás con quien compartir la cama.

Te amo

Muy parecido al “nunca había sentido esto con otra persona”, pero exageradamente malintencionado. Es la peor mentira que puedes utilizar, siempre terminas lastimando a la otra persona, la cual se ilusiona y se entrega por completo a ti. Sí, tendrás más que su cuerpo, pero, ¿ya olvidaste la vez que te mintieron de la misma manera y tardaste meses en recuperarte? Si vas usar alguna de estas frases, que no sea ésta.

Vamos a ver una película en mi casa

Nadie invita a una persona del sexo opuesto a ver una película en la intimidad de un cuarto oscuro de manera inocente. Es obvio que acabas de decir una mentira, aunque si obtienes un “sí”  por respuesta, es claro que el interés es mutuo. Seguro pasarán 5 minutos de la película cuando tus ojos se posen en otro espectáculo. Al menos preocúpate de que cuando extiendas la invitación, digas el nombre de una buena cinta para ocultar un poco el descaro.

El Ferrari que está estacionado afuera es mío

Dices estas mentiras si eres del tipo de persona que le gusta impresionar a los demás haciéndole creer que perteneces a la clase élite de la ciudad. Eres director de tu propia empresa, traes un auto último modelo y lo más importante: esta noche tú invitas. Lo único cierto de lo anterior es que pagarás la cuenta y a la mañana siguiente, cuando despiertes de tu resaca amorosa, encontrarás un único boleto del metro para regresar a casa y la tarjeta de crédito al límite.

Ven a dormir conmigo: no haremos el amor, él nos hará

La cereza del pastel de esta lista. Si tienes alma de poeta y eres de las personas que engancha a su presa con bellos versos, seguro ya has aplicado esta frase de Julio Cortázar, obteniendo muy buenos resultado. Nadie se resiste a una alegoría de amor que seduce e intriga al mismo tiempo.

La próxima vez que vayas a usar mentiras para tener sexo, recuerda que un día puedes ser tú quien caiga en el engaño. En vez de perder el tiempo en busca del engaño perfecto, deberías de invertirlo en refinar tus atributos de seducción para que la próxima conquista sea verdadera. Ya verás que lo disfrutarás más.


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